TITULADOS DE ARQUITECTURA UACH DESTACAN CON ESTUDIO INDEPENDIENTE ARCE & WESTERMEIER ARQUITECTOS: “CREEMOS QUE EL GRAN DESAFÍO ES ALEJARNOS DE ESA MIRADA PROSAICA PARA DEMOSTRAR QUE LA ARQUITECTURA PUEDE SER TRANSVERSAL Y VITAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LAS CIUDADES”
Los ex alumnos de Arquitectura de la Universidad Austral de Chile Felipe Arce y Felipe Westermeier, son los creadores de Arce & Westermeier Arquitectos, oficina de diseño y arquitectura que actualmente desarrolla proyectos con clientes privados, edificios educacionales, y proyectos que intentan generar nuevas formas de habitar, de convivir y relacionarse y que tal como ellos mismos lo señalan “ponen a prueba las formas tradicionales de desarrollar y entender la arquitectura”.
Felipe Arce y Felipe Westermeier comenzaron su relación laboral en el año 2016, y no fue hasta el 2020, momento en que Felipe Westermeier regresa a Valdivia después de cursar su Magíster en Arquitectura, cuando comenzaron a trabajar esta oficina de manera formal. Actualmente, Felipe Westermeier es además profesor en la escuela de arquitectura UACh.
Se especializan en diseño entendiéndolo como un elemento singular dentro de nuestra profesión. Su quehacer ha estado relacionado con un gran espectro de escalas y programas, desde muebles hasta edificios.
Los profesionales intentan tomar insumos e inspiración tanto de referentes históricos como de condiciones propias del lugar/contexto, de esta manera tienen una producción preocupada tanto en el aporte a problemas propios de la disciplina como en su repercusión en las diferentes formas de vida y la urbe.
Por otro lado destacan lo que señalan como “ola de atomización de la disciplina” en diferentes especialidades, y su consecuencia en la parcialización del conocimiento puramente arquitectónico. “Esta oficina confía en que aún se puede desarrollar una práctica crítica, reflexiva sobre temáticas originales y originarias de la arquitectura; teoría, representación y diseño” señalan.
¿Cuáles creen que son los principales desafíos que enfrenta la generación de Arquitectos a la que pertenecen?
Nos enfrentamos a una sociedad que no tiene un conocimiento generalizado de lo que es la arquitectura. Muchos todavía nos entienden como una suerte de estetas urbanos, sujetos que debaten sobre estilos (una discusión obsoleta) y son propietarios de una valiosa firma. Por otro lado, la práctica convencional mecánica y “automata” del arquitecto hace un flaco favor a este problema. Creemos que el gran desafío es alejarnos de esa mirada prosaica, para demostrar que la arquitectura puede ser transversal y vital para la construcción de las ciudades, especialmente ahora, donde se configuran escenarios con nuevas necesidades donde el arquitecto puede reclamar mayor participación. Para lograrlo, creemos que es de suma importancia dejar de entender la relación cliente/arquitecto como la forma hegemónica de producción arquitectónica y atreverse a abrir el espectro de posibilidades, transitando de lo “reactivo” a lo “activo”, nos referimos a fondos, auto-encargos, concursos etc. Por lo demás, tener una mirada reflexiva sobre el espacio construido y el diseño es de suma importancia, este último, quizás el elemento más postergado en el mercado contemporáneo donde se obliga a elaborar proyectos en el mínimo de tiempo para alcanzar la aclamada rentabilidad.
¿Cuál es la visión del rol del arquitecto según ustedes, en un escenario de tantos cambios sociales?
No sabemos si se pueda establecer un rol claro, pero de lo que si estamos seguros es que el arquitecto, en este panorama, debe estar abierto a estas transformaciones ya que en muchos casos estarán asociados a la arquitectura. Por ejemplo, la pandemia reformuló el concepto de espacio doméstico y de trabajo, por lo que el arquitecto tiene que poder desprenderse de antiguas convencionalidades y estar dispuesto a renovar sus ideas para abrazar estos cambios que se pueden apreciar en una amplia gama de programas.
Respecto a cambios vinculados a demandas sociales, creo que primero tenemos un rol como ciudadanos y luego como arquitectos. Como ciudadanos debemos abrirnos, ceder, entender y respetar estas transformaciones, solo así podremos tener un ejercicio contemporáneo y correcto como arquitectos.
En la misma línea, la efervescencia social de los últimos años, nos mostró a todos como esas injusticias y demandas también poseían una traducción urbana, ejemplo de aquello es la segregación urbana, la falta de espacios públicos, las diferencias en el acceso a servicios etc. Creemos que, si bien son elementos que se vinculan a la ciudad y por lo tanto a la arquitectura, las decisiones más relevantes no pasan por arquitectos sino por políticas (“Me cambio a la política” decía Koolhaas en el 2016) en efecto, si existe una visión política que le dé prioridad al desarrollo de espacios públicos, a la peatonalización, a los medios de transporte alternativos y que intenten regular la imagen de la ciudad frente a la mezquina heterogeneidad privada imperante, probablemente veríamos mejores y más funcionales ciudades en chile.
En este mismo sentido creemos hoy más que nunca en el fomento de una ética profesional, una que impulse y presione al arquitecto a desarrollar proyectos que realmente sean un aporte al habitar, al espacio público y al desarrollo sustentable de nuestras ciudades, del mismo modo, negar su participación en proyectos mal planteados de fondo y que sean perjudiciales para las ciudades.
¿Cuál creen que es la influencia de la Escuela de Arquitectura UACh en su actual desempeño?
Entender positivamente la relación con el lugar es sin duda un aspecto relevante del cual los arquitectos UACh tienen una expertise. Es interesante cuando nos enfrentamos a círculos de arquitectura foráneos y nos damos cuenta que esta competencia y preocupación no es predominante. Si bien, la relación con el lugar como insumo para la arquitectura ha existido desde siempre, en la última década, junto con la ecología, economía y cultura, este problema se ha vuelto un ítem indispensable y particularmente creemos que nuestra escuela tiene el potencial de renovarlo. Ya no basta con hacer obras llamativas y exuberantes como se celebraba en los 90’s y 2000’s. Estos nuevos parámetros son en la actualidad ineludibles para el mínimo examen que determina lo que corresponde a un buen proyecto de arquitectura. Por otro lado, el trabajo interdisciplinario que hoy mas que nunca adquiere relevancia, es un elemento que la escuela ha intentado incorporar desde el inicio, trabajar con otras disciplinas y profesionales no es un problema para el arquitecto UACh, incluso, es un vínculo que buscamos permanentemente para desarrollar una arquitectura integral y dotada de un mejor contenido.